martes, 6 de noviembre de 2012

Yo, de mayor, quiero ser adjetivo

Sade- sádico


    Hoy  Uxío hizo una pregunta muy interesante en clase: ¿qué hay que hacer para que tu nombre se convierta, el día de mañana, en un adjetivo? Mi respuesta, improvisada, fue que tu vida o tu obra deberían encarnar una forma de interpretar el mundo o de comportarse en la vida, de una manera tan clara y notoria que tu nombre pasase a simbolizarla.

   Eso ha sucedido no sólo con los nombres de algunos escritores y pensadores, sino también con los de varios personajes literarios. En los diccionarios, junto a sartriano, kafkiano o freudiano, entre otros; encontramos, por ejemplo, donjuanesco, quijotesco o celestinesco.

     Os planteo una cuestión: ¿qué adjetivo derivaría de vuestro nombre? Haciendo un juego de palabras, a mí me gusta martífero, pero creo que tendré que ser muy mala para pasar así a la historia... Espero vuestros adjetivos como comentarios.
Maquiavelo-maquiavélico

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